¿Cómo activar la economía creativa en Xalapa?


En esta ocasión corresponde a Manuel Velázquez, integrante activo del Observatorio Cultural Ciudadano Veracruz, conducirnos por el territorio de Xalapa para invitarnos a reflexionar sobre las empresas creativas y culturales en la capital del estado de Veracruz y las oportunidades que éstas podrían brindar a su desarrollo cultural, social y económico.

Manuel Velázquez*

¿Quién podría negar el valor mercantil de ciertos bienes culturales y su peso en la riqueza de Xalapa o la importancia del desarrollo cultural como factor de bienestar social y económico?
Las empresas culturales en Xalapa tienen un enorme potencial, merecen que se les ponga en primera línea dentro de las políticas públicas. El desarrollo económico, social y cultural no están separados, sino que pueden ser parte de un proceso de crecimiento integral de la sociedad. La economía creativa surge como una posibilidad para generar desarrollo y bien común, ya que centra la atención en el papel de la creatividad como una fuerza para la vida económica de un lugar.
Pero, ¿cómo activar la economía creativa en Xalapa? En primer lugar, partir de un diagnóstico que permita tener ideas claras. Es lógico, porque se ha postergado tanto este proceso, que se intente resolver las cosas demasiado rápido. En esta fase la capacitación de los empresarios culturales es importante.
A medida que avance la formación, es importante generar los escenarios legales para incentivar y motivar al sector. Tener claro en qué parte del mercado se quiere intervenir primero. Trabajar en todas las áreas, pero no todas se encuentran en el mismo nivel de desarrollo. Hay que apuntalar la de mayor desarrollo para contar con un programa piloto y vaciar esta experiencia a las demás, tomando en cuenta que cada mercado se comporta de una manera distinta. No existe un sólo mercado cultural, sino distintos escenarios donde la cultura se desarrolla económicamente. No es lo mismo vender noches de hotel, que conciertos, obras de arte, espectáculos, diseños o propuestas gastronómicas, entre otras.
Cada subsector tiene un público determinado o por generar. Por ello es significativo contar con profesionales del mercado cultural que generen un proyecto específico para cada área. La elección del tipo de mercado cultural que se quiere apuntalar es relevante.
Tener claro qué tipo de apoyo requiere una galería o una marca de productos regionales, por ejemplo. A veces no son sólo subsidios, o recursos económicos. Quizás requieren estrategias de ventas o promoción, incentivar fiscalmente a los consumidores o patrocinadores, para potenciar su nicho de mercado. Muchos no saben a quién ofrecer sus trabajos, no conocen cómo detectar sus públicos-objetivo, cómo saber si un consumidor será receptivo o si es afín a su oferta.
Hay que saber que la creatividad abarca cada vez más sectores y perfiles ocupacionales. La tendencia actual es la de ampliar las fronteras de influencia, generar redes entre empresarios y apuntalar las sinergias. Lo que no impide que se planteen algunas cuestiones fundamentales con cada área.
Cuando hablamos de economía creativa, no hablamos solamente del arte, la cultura incluye muchas formas de expresión convencionales y no convencionales. El sector cultural es un centro en construcción permanente.
Un modelo positivo de economía cultural, no sólo da peso económico a las actividades tradicionalmente asociadas con el sector artístico. Es un área con mucho potencial en Xalapa. Sin embargo, el panorama se puede ampliar más. Desde las administraciones municipal, estatal y federal, hay muchas acciones por realizar para fomentar el emprendimiento en general y específicamente los proyectos culturales y creativos.
La extraordinaria diversidad cultural de nuestra región provee amplios recursos para generar empleo y riqueza a través de las empresas culturales y creativas. La producción de arte, diseños y artesanías, el turismo cultural, la gastronomía y el vínculo entre cultura, educación y entretenimiento señalan nuestra excepcional riqueza, que no sólo expresa identidad, originalidad y fuerza, sino también puede ser un motor del desarrollo social y económico.
Para que esto suceda, se requiere que los actores culturales (instituciones, artistas, artesanos, gestores culturales, espacios independientes, empresarios) incorporen estrategias que les faciliten generar un mercado. Hay que tomar en cuenta que cada producto cultural, cada proyecto cultural, cada manifestación artística genera por su particularidad, su propio mercado.
No se puede hablar de una sola estrategia para activar la economía creativa en Xalapa, pues la diversidad cultural abre el ángulo de atención. En términos generales, primero realizar un diagnostico, enfatizando las diversas áreas (teatro, música, diseño, artesanía, artes visuales, gastronomía, educación, publicaciones…). Segundo, generar un programa de capacitación señalando la importancia del aspecto económico, administrativo y fiscal en la producción cultural. Tercero, identificar los procesos de realización, distribución y consumo, revisando los costos de producción y precio justo, así como políticas de venta; los circuitos de mercado para diversificar y llegar a sitios en donde la gente valore el producto, generando consumidores y públicos.
También es necesario contar con un diseño y gestión de proyectos para empresas culturales mediante el uso de herramientas teórico-metodológicas, para planear, organizar y ejecutar proyectos institucionales de largo aliento. Hace falta generar recursos, leyes, estrategias, infraestructura, públicos, consumidores y una metodología adecuada.
Es necesario plantearse objetivos claros. Metas que sea posible conseguir a corto, mediano y largo plazo. Ser realistas y no engañarse con objetivos inalcanzables, diseñar un programa operativo con proyecciones posibles de cumplir.
Tener una robusta economía creativa en Xalapa es un objetivo a largo plazo. Hay que pensar y soñar con ella. Mientras tanto, hay otras metas que cumplir que son más inmediatas y asequibles a las posibilidades actuales. Por ejemplo, la capacitación, la regularización fiscal, la implementación de leyes que incentiven el consumo cultural, las donaciones y los estímulos para la generación de empresas, la promoción a nivel local y nacional y trabajar a fondo para generar una oferta cultural que pueda competir con otras ciudades formando turismo cultural. Hay que salir y enseñar al mundo todo lo que hacemos.
Afortunadamente, ahora el mundo digital multiplica las posibilidades de elaborar proyectos culturales y generar alianzas estratégicas locales y externas, para potenciar el emprendimiento. Las redes sociales son buenas herramientas para difundir y posicionar los servicios culturales. Para esto, los productores requieren conocer estrategias efectivas de administración y marketing cultural.
Las instituciones culturales públicas tienen obligaciones que cumplir para activar la economía cultural en Xalapa. Una acción importante sería generar la marca XalapaCultural, como un paraguas para ofrecer servicios, experiencias y productos. Para esto, los productores y diversos agentes tienen que hacer su parte.
Hoy día es imprescindible tener presencia en internet. Es un escaparate permanente para difundir, vender e interactuar con otros pares, invertir tiempo y dinero en ello es rentable. Los creadores deben de disponer de un buen portfolio de trabajo. Ofrecer información precisa y buenas imágenes del producto. También es fundamental, tener actualizado el historial artístico, los datos de productos o servicios y los de contacto. La capacidad de respuesta ante una oferta es fundamental.
Diversificar el trabajo es otro de los retos más importantes. Es conveniente transformar la producción y los servicios en varias áreas que estén relacionadas entre sí. Con esta medida se logra también, ampliar las fuentes de ingresos y hará más rentable y continuo el trabajo, dotando de valor a la marca personal y posicionar la marca XalapaCultural como una posibilidad amplia.

*Manuel Velázquez es un hacedor de imágenes. Nace el 26 de junio de 1968 en Tuxtla Gutiérrez Chiapas. Estudió en la Escuela de Artes Plásticas de Chiapas, es Licenciado en Artes Plásticas por la Universidad Veracruzana, Maestro en Estudios de Arte por la Universidad Iberoamericana y Candidato a Maestro en Artes Visuales por la UNAM.
Ha participado en diversas exposiciones individuales y colectivas en Argentina, Austria, Bélgica, Canadá, Chile, Cuba, Estados Unidos, Eslovaquia, Ghana, Guatemala, Holanda, Italia, Japón, México, Paraguay y Serbia. Fue director de la Escuela de Artes Plásticas del ICACH, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; fundador del Jardín de las Esculturas de Xalapa y director en dos periodos de 1998 a 2002 y de 2010 a 2013; Subdirector de Planeación, Seguimiento y Evaluación del Instituto Veracruzano de la Cultura de 2013 a 2016.
Su obra suele ser de gran formato sobre madera. Le interesan las posibilidades tridimensionales de la pintura, buscando un encuentro más corporal con el espectador. Es Catedrático de la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana. Dedica parte de su tiempo a la investigación sobre arte contemporáneo, economía de la cultura y políticas culturales. Colaboró en la revista Sinapsis, el periódico OYE Veracruz y el semanario Performance, actualmente es colaborador de la sección de cultura del Diario de Xalapa y Director General de la Galería Flavia. Se ha desempeñado como curador y gestor cultural. Vive y trabaja en Xalapa, Veracruz.


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