La presencia cultural de la UV en Xalapa. La necesaria transformación de una tradición
En esta segunda entrada de nuestro blog, Ahtziri Molina Roldán nos presenta una revisión sobre el quehacer en torno a la difusión cultural de la Universidad Veracruzana. Reflexión necesaria si consideramos que es la tercera función sustantiva de toda institución de educación superior, y que es a partir de los programas y acciones artísticas y culturales planteados en las universidades que se puede tener incidencia en la formación de públicos jóvenes.
Ahtziri Molina
Roldán*
Xalapa se ha
caracterizado como un espacio de alta actividad cultural desde el siglo pasado.
Esto responde en gran medida a los programas y acciones promovidas por las
instituciones educativas y culturales que existen en la ciudad.
Históricamente, las máximas casas de estudio de cada momento,
fungieron como los proveedores de cultura más importantes de la ciudad. Así fue
con el Colegio Preparatorio de Xalapa, fundado en 1843 (conocido comúnmente
como Prepa Juárez), sigue siendo la institución que alberga el primer
museo de la ciudad y una importante biblioteca, cuyo acervo concentra algunos
incunables y mucho de la historia del país, además de una colección pictórica
con obras de Joan Bernadet, Salvador Ferrando y Josep Cusachs; posteriormente
se creó la Benemérita Escuela Normal Veracruzana Enrique C. Rébsamen, en 1886, institución semillero de grupos corales y
ballets folclóricos, además de incansable promotora de la lectura.
Sin embargo, con la creación de la Universidad Veracruzana, en
1944, correspondió a esta institución llevar en la mano la batuta de Máxima
casa de estudios; así, en 1945, las piezas de la colección arqueológica de la
Dirección de Educación General del Estado, pasaron a la custodia de este nuevo
organismo. Más adelante, dicha colección habría de ser el acervo inicial del
Museo de Antropología de Xalapa, dependencia de la joven universidad.
Pormenorizar el paso a paso de
la creación de facultades, institutos, centros de investigación y estudio,
etcétera, sería tarea fuera de estas líneas. Baste decir que uno de los
momentos claves en la vida de la Universidad Veracruzana fue el año de 1957,
momento en el que se fundó la reconocida Editorial de la Universidad Veracruzana, hoy Dirección Editorial
de la UV.
Cada uno de los periodos
rectorales tuvo sus aportes y sus yerros. Sin embargo, para la cuestión
cultural hay que tomar en cuenta la labor emprendida por el largo rectorado de
Roberto Bravo Garzón, época fundamental
para comprender la sólida presencia de la UV en la vida cultural en nuestros
días. En este periodo se
formaron las facultades de Artes Plásticas, Danza, Música y Teatro, las cuales serían las primeras de sus
disciplinas en el país y aún el día de hoy mantienen una fuerte presencia nacional, en las diversas tareas creativas.
Así también se fortaleció la existencia de la Difusión Cultural
con la creación de diversos grupos, como el Ballet Folclórico de la Normal
Veracruzana que pasó a ser parte de la Universidad Veracruzana, y del grupo
coral que se convertirán en sello de esta institución. Se constituyen tres
diferentes compañías de teatro, grupos de danza contemporánea, además de la
orquesta de Salsa, de los grupos Tlen Huicani, la creación de la Galería Ramón
Alva de la Canal, entre otras tantas expresiones culturales. Además de
que la Orquesta Sinfónica de Xalapa, vive bajo su cobijo a partir de 1975.
Todas las instancias aquí mencionadas que subsisten forman parte de los 20
grupos de la Dirección General de Difusión Cultural de la Universidad. Sin
temor a errar se puede decir que la actividad de estos grupos artísticos es la
principal fuente de relaciones que la UV mantiene con la sociedad de forma
cotidiana.
En cuanto a investigación se refiere, la Universidad también ha
desarrollado tareas importantes para enriquecer, documentar y analizar el
patrimonio cultural de la ciudad y del estado. Unos de los primeros espacios de
investigación fue el Instituto de Antropología, el cual tiene al museo como su
emblema, seguido por los institutos de Investigaciones Lingüístico-Literarias e
Histórico-sociales, los cuales después habrían de ser complementados con la
creación de la mal lograda Unidad Interdisciplinaria de Investigaciones
Estéticas y Creación Artística (UIIECA por sus siglas), la que desapareció a finales de los años ochenta; de este espacio que unió a todas las
artes, sólo quedaría en pie el
Instituto de Artes Plásticas (IAP). Sin embargo, ya en la primera década del
siglo actual, se crearon los centros de estudios en Cultura y Comunicación (CECC), en 2009, y el de Estudios,
Creación y Documentación de las Artes (CECDA) que inició sus trabajos en 2007
como Programa de Investigaciones en Artes (PIA).
Aunque estos espacios de investigación se encuentran ubicados en
Xalapa, las labores que realizan no sólo se ciñen a lo que sucede en esta zona
del estado, sino también trabajan sobre la vida cultural de la región. De esta
manera existen estudios sobre las culturas olmecas de la zona sur de estado, y
el impulso del movimiento jaranero a través de la danza y la música. Además de
revisiones importantes del trabajo de artistas plásticos que han desarrollado
su obra en el estado, el recuento del paso de los estridentistas por esta
capital, o el seguimiento del trabajo realizado por la propia universidad en montajes
de la ORTEUV, las puestas en escena de la facultad de teatro, el estudio sobre
músicos como Mario Ruiz
Armengol, Raúl Ladrón de
Guevara, por nombrar algunos. También del seguimiento a fiestas y tradiciones
que han caracterizado la vida del estado. Por otra parte, varias de estas
instancias han desarrollado programas de posgrado, que permiten que los
estudios se multipliquen y fortalezcan, al incorporar jóvenes a las huestes de
la investigación.
Por otra parte, las casas de la Universidad, una de ellas ubicada
en Molino de San Roque, han sido un esfuerzo por tener presencia en las
comunidades de modo más constante y formal. Para las artes, estos espacios han
significado laboratorios escénicos, así como espacios para las prácticas
pedagógicas y de formación inicial. Otra iniciativa novedosa y controvertida
que se contrapone fuertemente a las políticas culturales universitarias hasta
entonces promovidas, fue la creación del Espectáculo Jarocho. Esta propuesta
escénica ha sido un reto para los puristas de las expresiones artísticas, sin
embargo, también ha representado un experimento escénico y financiero atrevido
por parte de la universidad; este modelo cabe perfectamente en la lógica de
generación de recursos extraordinarios para la universidad, los cuales ya se
practican en otras universidades estatales del país —con laboratorios,
farmacias, gasolineras, etc.—, pero sólo la Universidad de Guadalajara, a
través de Cultura UDG, y la UV mediante empresas universitarias, han apostado
por empresas culturales universitarias.
Desde sus inicios, la Universidad Veracruzana trabaja estas tres
funciones: la docencia, la investigación y la difusión cultural. De acuerdo con
la organización universitaria, lo hace así con metas específicas por área y
tema. De este modo, en ocasiones la coordinación entre las partes se vuelve
complicada o incluso inexistente. Sin embargo, mirado en conjunto, la
Universidad Veracruzana sigue siendo una institución de gran peso y valía para
la vida cultural del estado en general y, en particular, de
Xalapa.
Desde los años ochenta con la llegada del Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC) a la escena cultural
del estado y con el fortalecimiento de su presencia en Xalapa, durante los
noventa, con el establecimiento de varios recintos culturales, el
panorama cultural de la ciudad se modificó. La UV dejó de ser la proveedora
oficial de servicios culturales por parte del gobierno estatal. La estructura y
tradición creadas hasta ese momento, hacen posible que su presencia en la
ciudad siga siendo relevante y amplia. Cabe mencionar que durante las dos últimas décadas, y particularmente en el sexenio
2010-2016, el Instituto Veracruzano de la Cultura ha tenido cambios constantes
en su de dirección y financiamiento ínfimo, lo cual ha generado disparejos y en
ocasiones parcos resultados que repercuten en su presencia en la vida cultural
actual. Por otra parte, hay que considerar que la participación del municipio
en el tema ha aumentado desde entonces y ha buscado complementar lo
desarrollado por estas dos instituciones estatales.
Con los cambios de paradigma sobre el quehacer cultural
implementados a nivel mundial al cierre del siglo pasado y lo que va del actual,
observamos cómo “lo cultural”
ha devenido en espacios de reconocimiento de la diferencia, inclusión,
desarrollo y celebración del patrimonio. Las políticas universitarias también han navegado hacía distintas aguas, en
cuanto a docencia, difusión cultural y la investigación se refiere, pues sus lógicas de
trabajo responden a los motivos para los
cuales fueron creadas y a las lógicas de competitividad
académica que en la actualidad permean el ambiente.
En este momento, la Universidad ha volcado la mirada al trabajo
interno para alcanzar los niveles de calidad promovidos por las políticas de
educación superior nacionales e internacionales. De este modo, la máxima casa
de estudios tiene que considerar nuevos derroteros como son los estándares de
calidad, los magros recursos presupuestales y nuevas políticas educativas a
partir de las cuales, la universidad comprende la relación con el entorno.
Estas líneas en términos generales se orientan a la formación profesional y la
capacitación para el trabajo, lo cual hace que una parte importante de los
esfuerzos universitarios estén buscando enfocarse a la relación con el sector
productivo. Además de que está presente desde la federación la presión de
generar recursos propios, con la venta de los servicios y saberes
universitarios.
La estructura cultural creada a lo largo de los años, si bien
perdura, presupuestal y políticamente hablando, en la actualidad resulta menos
relevante para la construcción de la universidad de calidad que se ha fijado
como meta, la de alcanzar mejores lugares en los rankings nacionales de sus
programas educativos, así como en sus procesos administrativos y en la calidad
de su investigación.
Esto, en las condiciones de precariedad presupuestal que ha vivido
la máxima casa de estudios en los
últimos años. Ante esta situación la relación cultural con la ciudad y otros
agentes locales y regionales ha perdido prioridad desde el horizonte
universitario. Por tanto, la implementación de una o unas políticas culturales
desde la máxima casa de estudios, resulta en una tarea secundaria y,
además, ésta se encuentra fraccionada en docencia, investigación y
difusión cultural.
Ante estas circunstancias, donde la universidad tiene distintos
agentes que promueven acciones artísticas y culturales, generadas con
diferentes miradas y objetivos, donde existe una importante tendencia a dirigir
los recursos y resultados del trabajo al beneficio de la comunidad
universitaria, cabe preguntar, ¿cómo se está replanteando la relación con
Xalapa, pero en especial con su ciudadanía?
Hoy día, la UV tiene múltiples vías de estar en Xalapa, más si se
entiende la cultura con una mirada amplia; la difusión cultural, la
comunicación de la ciencia, tienen presencia en todos los ámbitos de la vida
universitaria, pero no en todos los aspectos de la vida cultural de la ciudad.
Sin embargo, esto no resulta siempre
incluyente o suficiente. Lo anterior, además de las propias situaciones al
interior de la universidad; la población y la mancha urbana de la ciudad
han crecido sensiblemente dejando sin capacidad de alcance (por su escala) a la
UV, sin embargo, sigue estando presente de los modos ya mencionados.
Es importante señalar, que hoy día, además del IVEC y el
ayuntamiento, existen múltiples actores culturales como son: los medios
de comunicación, la cámara de diputados, las galerías, los espacios artísticos
alternativos, los grupos de artesanos organizados, por mencionar a algunos. Estos
agentes complementan y también compiten en el panorama cultural de la ciudad,
en el cual interviene la
universidad. Muchos de estos participantes
de la vida cultural, han sido formados o informados por las tareas de la UV;
sin embargo, responden a lógicas
distintas y también a las lógicas de trabajo contemporáneas. Ellos buscan
cubrir sus necesidades económicas,
sociales e incluso emocionales bajo esquemas de trabajo distintos. De esta
manera, se están reinventando o apropiándose de otro modo, del sentido de lo
cultural en la capital.
Así, resulta relevante que la universidad con su enorme estructura
—en precarias condiciones— el cúmulo de conocimiento que tiene, las
herramientas para generar diagnósticos e intervención social en comunidades,
así como para asesorar esquemas de negocios y pensar a la ciudad en su conjunto,
puede seguir aportando importantes insumos para replantear entre todos los
agentes la vida en la urbe.
En la situación actual, donde la UV ya hace tiempo no es la voz cantante de la vida cultural en la ciudad, puede poner al servicio de la sociedad las herramientas con las que cuenta para acompañar los desafíos que se presentan a los gobiernos municipales, las comunidades organizadas, y los espacios sociales violentados, por mencionar algunas posibilidades. El escuchar, antes de actuar, la planeación propuesta, el trabajo coordinado y asesoría, como modos de participación, resulta prioritario para que el trabajo universitario tenga mejores resultados en su integración y acompasamiento con la vida de la ciudad. Sin embargo, comprender el papel que le toca a la universidad en la sociedad actual, es un reto aún por asumir.
En la situación actual, donde la UV ya hace tiempo no es la voz cantante de la vida cultural en la ciudad, puede poner al servicio de la sociedad las herramientas con las que cuenta para acompañar los desafíos que se presentan a los gobiernos municipales, las comunidades organizadas, y los espacios sociales violentados, por mencionar algunas posibilidades. El escuchar, antes de actuar, la planeación propuesta, el trabajo coordinado y asesoría, como modos de participación, resulta prioritario para que el trabajo universitario tenga mejores resultados en su integración y acompasamiento con la vida de la ciudad. Sin embargo, comprender el papel que le toca a la universidad en la sociedad actual, es un reto aún por asumir.
*Ahtziri
E. Molina Roldán es doctora en Sociología e investigadora del Centro de
Estudios, Creación y Documentación de las Artes de la Universidad Veracruzana.
Investiga sobre: la comunidad artística, la gestión cultural, la extensión
universitaria y las políticas culturales. Miembro del Sistema Nacional de
Investigadores de México, nivel II y Perfil PRODEP. Es parte del Cuerpo
Académico Consolidado: Educación, cultura y sociedad. Es coordinadora del seminario de investigación en Gestión Cultural
del CECDA y actualmente es la responsable técnica de la investigación: Tercera
función sustantiva universitaria y su pertinencia regional. Ha impartido cursos
en diversas facultades y universidades nacionales y extranjeras. Sus trabajos
han sido publicados en revistas y libros nacionales e internacionales. Es
representante para América Latina de la Association of Cultural Studies.
Miembro fundadora de la Red Universitaria de Gestión Cultural, México.
Participó del Observatorio Cultural Veracruz.
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